La nueva PAC, que entrará en vigor el 1 enero de 2023 y será de aplicación hasta 2027, supondrá un cambio de escenario al que deberán adaptarse todos los agricultores y ganaderos. Será un escenario mucho más verde y con más requisitos para acceder a las ayudas, y que, como en el resto de sectores, tendrá sus repercusiones también en el cultivo del olivar.

En este ámbito, uno de los requisitos de los ecoregímenes -las nuevas ayudas de la arquitectura medioambiental de la PAC- serán las cubiertas vegetales, de ahí la importancia de su correcta implantación y manejo.

Este asunto fue abordado por la investigadora y coordinadora del IFAPA, Milagros Saavedra, quien ha aclarado que aunque aún no está publicada la normativa y podría haber variaciones, sí está claro que “las cubiertas vegetales son muy útiles para el olivar, ya que reducen la erosión, fijan carbono, aumentan la materia orgánica en el suelo, reciclan los nutrientes, las leguminosas fijan nitrógeno atmosférico, contribuyen a la proliferación de microorganismos en el suelo y al equilibrio ecológico y mejoran la diversidad de la flora y la fauna.”

Por todo ello, Saavedra ha afirmado que “las cubiertas vegetales son interesantes para el olivar, pero siempre que el agricultor obtenga beneficios y no le generen pérdidas, ya que la agricultura no es una actividad ecológica sino una actividad económica”. En este sentido, la investigadora del IFAPA ha recordado que “hoy día nos encontramos mucha agro-incultura, la política agraria muchas veces pretende corregir los defectos del abuso de las prácticas de cultivo, pero no siempre se han orientando bien, introduciendo limitaciones o eliminando determinados espacios con vegetación natural, sembrada o plantada como superficies elegibles, si bien parece que esto se va a corregir”.

Saavedra ha asegurado que “las cubiertas vegetales funcionan, pero siempre que cubran el suelo, que produzcan biomasa, que se pueda controlar la competencia por agua y nutrientes y a un coste razonable”. Para ello a la hora de implantarlas se requiere desarrollo y apoyo económico, ya que va a resultar muy costoso el manejo y también la adaptación de la maquinaria, y el importe de la ayuda estimada para compensar gastos extra no parece que compense a la larga.

Además, “aunque las cubiertas bien manejadas e implantadas hacen posible que el suelo mejore, esas mejoras no son inmediatas ni mucho menos en el plazo que dura una reforma de la PAC; la experiencia nos indica que las mejoras se notan a medio plazo, en 5-10 años”, ha añadido.